Los riesgos sociales y riesgos derivados del cambio climático son cada vez más evidentes, por lo que, es urgente que los directivos de las empresas tomen decisiones y medidas necesarias para identificar riesgos y oportunidades, así como ambicionar en sus compromisos ESG, que responden en inglés, a las palabras Enviromental, Social y Governance.
A medida que el cambio climático se acelera, los efectos devastadores de eventos como las inundaciones, sequías, tormentas intensas y otros fenómenos climáticos extremos, con consecuencias catastróficas para todos han ocasionado que, los grupos de interés están prestando cada vez más atención a las variables climáticas. Y, están demandando mayor transparencia y divulgación de información ESG; premiando a las empresas que implementan buenas prácticas de identificación y gestión de riesgos climáticos. Por lo que, tanto la sociedad como el mercado demandan empresas que midan y gestionen el impacto que ocasionan al ambiente.
Los riesgos climáticos se han convertido en riesgos financieros porque pueden afectar directamente los resultados financieros y la sostenibilidad de las empresas. Por ejemplo, las inundaciones pueden dañar instalaciones de producción, afectar la cadena de suministro y generar interrupciones en la producción. Las sequías pueden reducir la disponibilidad de recursos hídricos necesarios para la producción agrícola o industrial. Las tormentas intensas pueden destruir infraestructuras clave y provocar interrupciones en las operaciones comerciales.
Durante el evento de lanzamiento de la práctica ESG, titulado “Desafíos y oportunidades relacionadas con temas ESG y sostenibilidad”, realizado el 1 de junio, en la Ciudad de México, Alba Aguilar, CEO de Consejo Mexicano de Finanzas Sostenibles, señaló que las empresas, inversionistas institucionales y demás grupos de interés no han sabido medir los riesgos por derivados del impacto del cambio climático, por ello indicó que los riesgos de análisis climático debe estar presente en el análisis de las inversiones, donde se deben revisar los riesgos físicos y los de transición.
Además, Alba agregó que “hay ciertas personas o instituciones que piensan que los riesgos climáticos, no son riesgos financieros, para México creo es muy relevante y son los riesgos de transición, son riesgos climáticos que tienen que ver con todo lo que puede verse alrededor de una nueva regulación, alrededor de nuevas costumbres o nuevos visiones de los consumidores y también de una transición en la parte tecnológica que tal vez nosotros no estamos viendo; entonces el riesgo de transición para México creo que es importante independientemente de que no exista en México una regulación o una política hacer hacia el cambio climático definida, clara, contundente”.
Por otro lado, los riesgos climáticos también tienen implicaciones indirectas en los mercados financieros. Los cambios en la regulación y las políticas relacionadas con el clima pueden afectar la rentabilidad de ciertas industrias, como los combustibles fósiles, y favorecer la adopción de tecnologías más limpias y sostenibles. Esto puede generar riesgos para las empresas que no se adapten rápidamente a las transiciones necesarias.
Para abordar estos riesgos, es fundamental que las empresas comprendan y evalúen adecuadamente los riesgos climáticos a los que se enfrentan. Esto implica realizar análisis de escenarios, evaluar la exposición a los riesgos físicos y de transición, y desarrollar estrategias de mitigación y adaptación. Además, es importante involucrar a los inversores, quienes también están cada vez más interesados en comprender los riesgos climáticos asociados con sus carteras de inversión.
Los riesgos climáticos son riesgos financieros, ya que tienen el potencial de afectar tanto los resultados financieros de las empresas como la estabilidad de los mercados financieros en general. Es fundamental que las empresas y los inversores comprendan y gestionen adecuadamente estos riesgos para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia en un entorno económico cada vez más afectado por el cambio climático.
Elaborado por Pablo Necoechea y Mariana Ávila.
